Y el León dió de nuevo otro zarpazo
El partido comenzó con muchos balones largos para poder sacar bien el esférico debido a la gran presión, aunque al zaragoza sin presionarle ejecuta igualmente esta técnica.El encuentro se fue calentando cada vez más, con entradas muy duras por parte de los dos conjuntos, una de las razones podría ser la gran presión sometida por la afición apoyando en todo momento a los locales. El gol llegó por medio de Postiga en una jugada muy extraña, debido a que todos los defensas del Sporting se quedaron parados creyendo que el despeje de un jugador del Real Zaragoza a la "remanguillé" llegó a Postiga quedándose solo frente a Juan Pablo y batiéndolo friamente entre las piernas.
Ahí fue uno de los momentos en que la afición zaragocista que se desplazó a Gijón y los que estábamos aquí llenando todos los bares explotaron de alegría y esperando ya el pitido final de la primera parte para coger aire y aguantar el final del partido que nuevamente fue no apto para cardiacos.
El Sporting salió a por la victoria en la segunda parte, pero lo único que consiguió fue un único gol de Eguren por uno de esos fallos defensivos que ya estamos acostumbrados en los balones parados.
El partido se puso tenso y con ocasiones para los dos equipos hasta los minutos finales que fueron en los que todo los maños nos pusimos a rezar a la Virgen del Pilar y al León para dar un nuevo zarpazo.Y yo creo que nos escucharon y comprendieron y nos dieron las fuerzas suficientes para que Lafita metiera esa puntera al balón que nos daría la victoria y la esperanza.